jueves, 4 de julio de 2019

Adesso che sei lontana

un avión a Italia, era 14 de septiembre y no me hacía a la idea

una fiesta con desconocidos, el temido pero ansiado primer contacto

volver a maravillarme delante del Coliseo y del Vittoriano; mucho calor, fotos y caras nuevas, ninguno terminaba de creerlo hasta que una calle estrecha nos llevó a la Fontana

un arco con las luces tricolores: esto ya había empezado

el Vaticano, el Trastevere, enamorarme de los techos dorados de Santa María, carbonara y cacio e pepe; el Gianicolo y el cielo rosa sobre Catania; ahí pensé que siempre reinarías

maldito seas Akab; Javi sacó un cuadernillo que solía llevar en la puerta y se puso a escribir sus versos, no pude evitar sonreír y capturar ese momento

un paseo por Villa Borghese y anochecer en el Pincio con vosotros; el Tevere reflejando cada rayito de sol que se atrevía a atravesarlo

Marino nos dejó los labios rojos y un dolor de cabeza del que nadie consiguió escapar, pero qué bien, joder

un tren a Nápoles, la decadencia se presentó ante nosotros como un planeta que descubrir; comimos en Da Pasqualino, subimos al cielo y bajamos al infierno, nuestra recompensa: un atardecer en el Dell'Ovo que aún me sigue calentando las entrañas; los ojos cerrados en el Plebiscito y más bien guiñados en Bellini, un par de taxis a Via San Cosmo fuori Porta Nolana (por mi culpa) y una resaca en Pompeya

Warhol y compañía, Siena y tú, un pueblecito toscano con Otón y Roro y los Museos Capitolinos

el equipo se reunió en Bolonia y dos días bastaron para atraparme; sabía que no iba a ser la única vez que me resguardaría sotto le Due Torri

el Evento de invierno para los de aquí (sí, ya eramos "de aquí") fue jugar en casa

el mejor balcón de Roma está en Ippocrate 92 y también se suele poner bien una terraza por Giano della Bella

Bruselas, tenía ganas de ver a Hélène y a Andrea en casa después de tantos años

una foto borrosa en Papà non vuole; todos sujetábamos una cerveza y a nosotros sólo nos sujetaba el portal de Xisco y Javi; no teníamos excusa ni nada que celebrar, qué coño nos importaba

un bus con retraso a Florencia; nos dejamos el cuello mirando el Duomo y los pies en los Uffizi; fuimos hasta el Ponte Vecchio esa noche, un espectáculo de fuegos artificiales no puede superar a las luces reflejándose sobre el Arno; ni siquiera un hostal de mala muerte me pudo quitar esa sensación de plenitud

Ex Dogana, Carlo Cartello; me encanta veros bailar y me encanta aún más quien hace el imbécil conmigo en salas vacías

un avión que no cogí por imbécil, última visita a los Aranci y vuelta a casa

nuevo piso, nuevas compañeras; quizá por una vez tomé la decisión adecuada

Testaccio y Matadero con el mejor compañero de museos que se puede tener, sólo cuando nos quedaban un par de cuadros nos dimos cuenta de que eramos parte de la obra; tío, no sé si lo sabes, pero you put the flame on me

"non hai nulla da dimostrare", "i sogni li ruba chi non ce l'ha", "ricordati che sempre sarò pazzo di te", paredes con las que me topé y que me dejaron helado; por enésima vez la Fontana di Trevi de madrugada nos recordaba dónde estabamos y por qué

terrazzo, un autobús perdido y otro cogido, la Casa de Julieta ("¿a que no sabes dónde he vuelto hoy?") cargado con todos los bártulos y un café en el cielo de Verona; gente muy mala alrededor de una mesa, porque si la fiesta acababa pronto mejor de tranquis y estar bien para lo que venía; antes del primer canal de Venecia ya queríamos cerveza y el señor senza glutine su limoncello, pateamos sin mucho rumbo hasta San Marcos, calles y canales estrechos, nos quedamos sin góndola pero no sin ron, ginebra y sus correspondientes aderezos, la guinda: las luces adornando el Gran Canal; Padua, el team ruina había hecho pleno de resacas y no faltó un triturbo en la puerta del Santo, si el freetour era malo eso que nos ahorramos; os quise "al fallo" y me sonrió la suerte

nos vamos a Berlín, no quiero reproches; Cremona 19 se trasladaba para recibir multas, comer kebabs ultrapicantes y acabar de cervezas en un bar de punk; Pedro Saavedra, el cine y hamburguesas ricas

una tarde difícil de olvidar en Santa Marinella, era 15 de marzo y aunque todos llevaramos el bañador, nadie se metió al agua (que parecía del mismísimo Ártico); os ví muy felices y yo, la verdad, también lo fui, un poquito a escondidas

March Madness cumplió con su cita en la capital italiana, beber con el Foro a nuestros pies y el Coliseo asomándose tímido; Gianicolo con vosotros, Capilla Sixtina, el suelo de mi habitación lleno de latas de Barley y el corazón un poco más grande

ay, Amsterdam; ni la peor de las duchas fue capaz de frenarnos, ni nos mataron las bicis a toda hostia; un paseo en barca helados y un poco colocados, Heineken en mano y mudos ante la ciudad de noche, y yo más mudo aún, porque vuestras caras arrojaban más luz y color que los focos del barrio rojo; museos y museos un poco más complicados, tulipanes rosas y queso holandés; tocaba irse a Bruselas de nuevo, un bocadillo que casi nos mata, un freetour de cuatro horas y un cantante que nos hizo aún más cálido el atardecer en el Sablon; Eindhoven, gracias Paul y gracias Monique

mes de abril y aún estás en Nueva York, como dice Cala Vento, yo estudiando; Ostia Lido, Rashõmon (eternas gracias, team techno), domingueo en Circolo, unos bailando y otros buscando reggaeton, lunes en Nur completamente sobrio, pero qué risa; llegó Juane y nos fuimos a patear, nos subimos a la azotea y fuimos por un rato absolutamente libres, con nuestra Peroni en la mano mientras el sol nos abrasaba la cara

otra vez Bolonia, mi Bolonia querida, un autorregalo de cumpleaños; vosotros bailábais en San Giovanni, que se joda la lluvia

mayo ya daba señales de que quedaba poco, pero todos decidimos que teníamos que marcarnos esto a fuego; vuelta a casa, después de todo necesitaba veros; decisiones equivocadas (me hubiera gustado estar en Rimini), me llevasteis de nuevo al Rashõmon y tengo una foto con Xisco que es pura fantasía; la sucesión de Fibonacci en la piel, recuerda que nada es más perfecto, idiota; volvimos a bailar en sitios oscuros hasta las tantas y volvimos a casa con la cara empapada

tocaba estudiar de nuevo con la cabeza en Venus; Bolonia volvió a ser mi refugio y me abrazó con sus soportales cuando más lo necesité

aprobamos (algunos siguen aprobando) y comenzaron las despedidas; lo siento Chio; nos vemos en nada Javi; Pellín, no sabes lo duro que es esto; Xisco y Gómiz mil gracias por vuestro consejo (lo llevo bien dentro); Nuñez, la isla no está tan lejos; Ana, Alba, Lu y Sofi qué raro va a ser el día a día

otra vez cayó el sol sobre lo alto del Aventino, "no puedo vivir sin ti", Peronis y más Peronis, medianoche en Colosseo recogiendo hasta las últimas migas del momento

hoy me toca a mí, e independientemente de la huella que haya dejado, sé que cuando reviva esto podré decir que tengo motivos para acabar esta etapa sonriendo y levantando de una vez la cabeza; y es que Roma es grande, pero me cuesta creer que haya podido caber todo esto (incluídos vosotros)

miles de gracias y de besos a los que se fueron, a los que se quedan, a los que volveré a ver y a los que no, a los que quiero y a los que no tanto, a quien me puso una y otra vez los pies en la tierra: todos tenéis una marca que adjudicaros en este amasijo de huesos

"y ahora hacemos tantas cosas que antes por temor irracional dejamos de lado"

un avión sólo de vuelta,
todos nos preguntamos "¿y ahora qué?"

(3 de julio de 2019, aeropuerto de Fiumicino, Roma, 19:14)