domingo, 31 de marzo de 2013

Desafinados.

Dices
que ya estás harta de Orfeos,
que no queda lira que te hechice,
que por el Estigio
ya diste mejores paseos
con algún Hades de turno.

Y eso que conmigo
ya conociste el Inframundo.

Se acabaron las liras,
ya les he cortado las cuerdas
(esas que estaban hechas de tu pelo).

Que estás harta de Poësía,
que de noche prefieres
que te follen
a que te escriban,
y en realidad es la misma cosa.

Alejaos,
alejaos poetas,
que ella hace caso omiso
de sonetos,
de cuartetas,
de alejandrinos,
que ya está harta de Letras.

Ya no me quedan liras,
las he tirado todas
al fondo de tu adorado Infierno,
por si algún día miras hacia abajo
y te las encuentras ardiendo,
que ya estás harta de Orfeos,
de poetas
y de Letras.

Pero ni yo soy poeta,
ni tú eres Eurídice.

sábado, 30 de marzo de 2013

Poemas en una botella #1.

Llegas
y te me subes a la cabeza;
yo y mi puta obsesión
de disolverte en tequila.

Y ni siquiera me gusta,
si lo bebo
es porque es donde eres
más soluble.

Hay que joderse,
mira que antes
ya me consumías el corazón.
Ahora hasta me destrozas
el estómago.

Para colmo dejas resaca
y aquí me tienes,
escribiéndote
y hecho mierda.

Igual
con una cerveza se me pasa.

viernes, 29 de marzo de 2013

Polvo.

Vamos a volar cometas,
pero de los que se abren paso
entre cuerpos celestes,
que los nuestros
hace tiempo que se salieron de la
atmósfera terrestre,

o al menos eso parece
cuando rozo tus
                             lunares.

jueves, 28 de marzo de 2013

La tormenta perfecta.

Lluéveme,
hoy te quiero
en cada poro de mi piel,
que desde que no me atormentas
no se ve el sol,
ni las cervezas saben a miel
porque ya no llevan
tu saliva.

Reconstrúyeme,
que te dejaste a medias
los senderos que trazabas
en mi espalda,
esos que dolían
(a zarpazos y dentelladas),
mientras yo
te dolía más por dentro.

Destrúyeme,
que hoy me apetece ser polvo
o no ser;
la existencia se hizo pesada
y las horas anchas,
sólo me queda tiempo que perder,
un poco de poesía
y una chusta mal apurada.

Lluéveme,
eres la tormenta perfecta.


miércoles, 27 de marzo de 2013

Paris la nuit.

Dijiste "c'est la vie",
(aún lo recuerdo)
y las luces de París
se fundían
al fundirte tú con el viento.

Dijiste "c'est la vie",
y por un momento
te volviste Amélie,
moldeando mi existencia
con un mínimo gesto.

Dijiste "c'est la vie",
y ahora me arrepiento
de haberte dejado ir
por los escalones de Montmartre,
subiendo en silencio.

Dijiste "c'est la vie",
y desde aquel día estoy
muerto.

sábado, 23 de marzo de 2013

Retrospecciones.

Sigo siendo aquel niño
que quería hacer de tu vida
un sueño,
y acariciarlo con ojos
de infancia perdida.

Porque sí,
la cobardía fue mi himno
y la crueldad mi bandera,
pero la vida es corta,
el amor fugaz
y la suerte perecedera;
los dados
no volvieron a jugar a mi favor
en aquel tapete,
donde contábamos los pecados
que íbamos ganando
en nuestros ataques de fortuna.

Mas ahora las cartas
me están traicionando,
(mejor decirlo tarde que nunca)
y en este póquer
en el que pierdes más que ganas,
no ha vuelto a salir
una
       reina de corazones.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Deltas.

Recorrer tus noches más oscuras,
(noches sin estrellas)
donde mi simple visita
se convierta en terremoto
                        o huracán,
en cualquier catástrofe exquisita
que ni tus quejidos de sirena
consigan parar,
pues en tus escarpadas tinieblas
no conviene desviarse del rumbo:
el Éxtasis
de la cima de tus piernas,
allí donde somos dos
pero sólo uno.

Cielo, que en tu Oscuridad
todo lo veo más claro.

martes, 19 de marzo de 2013

20.

Apenas se oyen tus pasos
pero yo
ya te siento aquí;
Primavera,
tráeme alergia a ti,
que otras aún me arden
en la piel,
y ni el invierno
es capaz de calmar
sus incendios.

domingo, 17 de marzo de 2013

Dimensiones antagónicas.

Cada día se libra una batalla
cuando me miro en el espejo.
"Este que ves eres tú",
susurra la pulida superficie,
"No, tú sólo eres luz,
un reflejo".

Reflejo
encerrado en el cristal,
en busca de mis pupilas,
que nada entiende de interioridad.
Y cuando me miro en el espejo,
cada día se libra esta batalla.

Instante (artificial).

Que si en mis poemas
no respeto la métrica,
es por esta puta manía que tengo
de versarte sin medida.


sábado, 16 de marzo de 2013

Del dolor.

A Marie, que me ofreció el privilegio
de añadir estos humildes versos
a su mágica prosa.

I

Te grabé a hielo
en mi retina,
pero tú querías ser fuego
y al acercarte
se fundían mis pupilas.
La Nada se hizo,
y su vacío inmenso
provocó claustrofobia;
será que sólo quedaba sitio
para tu
           recuerdo.

II

Abril ya se paseaba por los parques,
ruborizando a las flores,
mientras yo me refugiaba
en las barras de los bares,
donde nos ganábamos a tragos
pasar la noche en el Infierno
(un hotel de cinco estrellas,
pues peores antros habíamos pisado).
Pero a fuerza de escondernos
nos convertimos en otoño,
y tus manos terminaros por mezclarse
con los montones de hojas secas.
Céfiro hizo el resto.

III

Jugábamos a buscarnos en el Caos
con poca luz
y menos ropa,
siendo sin existir.
Mas al subir las persianas,
la realidad deslumbraba;
yo te quería a mi lado, y tú
sólo me querías cerca
de ti.

IV

Si tuviera elección
entre Cronos y tú,
me quedaría con el titán;
él me mata más lentamente
que el roce de tus mejillas
cuando vuelves sin avisar,
segundo a segundo
y sin mirar atrás.

jueves, 14 de marzo de 2013

Los laberintos.

A la memoria de Paul Éluard.

Somos mitad bosque de piernas débiles
sin miedo a los perfumes del agua
que cae por las esquinas de tus
                                               ojos

Somos un grito de olor
a rosas de azufre
que se desvanece cuando lo
                                           tocan

Somos tinta de algún bolígrafo
maltratado por poetas
que se creyeron
                        firmamento

Somos estrellas de ojos confusos
que buscan su otro Azul
en mitad de la bóveda
                                  celeste

Somos Universo
                         y al revés
                           

miércoles, 13 de marzo de 2013

Catábasis.

Te propongo perdernos
en los peores antros de la ciudad,
y bebernos
bajo un firmamento de neón,
que por estos rincones
ni el Sol
se atreve a pasar.

Dejemos que nos consuma
este cortejo de hadas
encerrado en nuestros vasos,
de negro canto
y verdes alas,
pues si tengo que morir
prefiero que me mates a tragos
o a caladas.

Y así convertirnos
en el octavo pecado capital,
que yo quiero arder
en tu cama-Infierno,
y condenarnos en horizontal.

Elástica.

Se me clavan las agujas en el pecho, tic-tac,
marcha fúnebre del tïempo cuando no estás.
Pero cuando apareces,
las horas duran
                              sesenta segundos
                                                               Tic-tac.                                                   

martes, 12 de marzo de 2013

Mareas.

Mediterráneo,
ojalá estuvieras aquí.
Tú sabes que no puedo dormir
sin que tus olas

vengan a morir a mis tímpanos,
y que en su último suspiro
me susurren al oído
los versos del más bello poema.

Ni tus aguas son las más cristalinas,
ni tus olas las más feroces,
ni tu arena la más fina,

pero tu belleza está en la esencia.
Echo de menos esas noches
en las que bañabas mi conciencia.

Prólogo.

Cada letra que ves
es tuya;
no me preguntes por qué.
Quizá
tú seas demasiado poderosa,
o yo sea muy débil para resistirte,
pero ¿qué más da?
Si a fin de cuentas
tu saliva quema las palabras
que nunca salieron de mi boca
para que, de sus cenizas, renazcan con más fuerza.

Que sí,
que yo he escrito por muchas,
pero siempre escribo por ti.