lunes, 6 de mayo de 2013

Nuit de décembre.

Al final va a ser cierto eso
de que lo bello nace de la herida,
que los mejores versos
comparten página con círculos
de sangre y lágrimas,
que el idioma del dolor
es el mismo que el de la poësía.

Y con razón se entienden tan bien.

Mientras tanto,
yo sigo clavándome el bolígrafo en el pecho,
esperando que aparezca alguna musa
con algo de alcohol y puntos de sutura,
o en su defecto,
una flor de esas que sólo se abren de noche,
que me consuma a base de venenos destilados,
vapores asfixiantes
y batallas a oscuras.

Desde lo de tus arañazos en la espalda
no sé cicatrizar,
y cuando parece que todo ha pasado
me vuelves a infectar.

2 comentarios:

  1. Si es que eres poesía, tú, en estado puro. Me encanta, de verdad. Es de esas veces que por muy bien que se te den las palabras no sabes explicarte. Así me dejas, sin palabras.

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  2. El último verso, la comparación que haces con la herida y tú mismo es... Magnífica. Sin adjetivos me quedo.

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