miércoles, 12 de junio de 2013

Poemas en una botella #2.

Ya no me queda otra
que emborracharme

de cerveza,
de olor a mar,
de poesía,
de ti,

pero emborracharme

para borrar de mi cabeza
prismas esféricos
descomponiendo el sol
en luz azul,
                    verde,
                                marrón
y siempre negra;

para que el Sena
no fluya tan deprisa
bajo los puentes
que Madame Eiffel vigila,

porque borracho
París es más bonita,
y los coches,
y el viento,
y las despedidas;

para saber
que no sé dónde estoy
pero que soy,
sin mí
pero contigo
aunque te sobre medio tú;

para ver
con los ojos entornados
de la embriaguez
lo que los demás
sólo han mirado;

para que la botella
cobre vida
y me cuente
que una vez probó tu saliva
y que le ardiste en la boca,
pero que aún así
volvería a incendiarse;

en fin,

para emborracharme,
porque ya no me queda otra.

3 comentarios:

  1. Me gusta que hables así de París,
    me gusta París borracha,
    porque después de tantos rotos
    no nos queda otra.

    :)

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  2. Ahogar el corazón con el alcohol,
    o tal vez ir ahogando los principios
    que poco a poco no me van sirviendo de nada
    en la lucha contra tus particulares manías.

    Fan de este blog, de la cabeza a los pies.

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  3. Precioso blog. Nunca lo dejes, simplemente gracias por los versos que escribes, hacen mis noches.

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